sábado, 26 de septiembre de 2009

César Vallejo



Es un poeta peruano. Lleno de dolor por todas sus partes. Profundo, genuino, sensible, comprensible, traductor quirúrgico de las personas. Es un amigo de verdad, a veces molesto, pero necesario siempre.
Te invitamos a leer su poema:
Los heraldos negros.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

viernes, 25 de septiembre de 2009

Tiempo de poesía

Un último cuento y a continuar con lo que están haciendo

Flor y Cronopio.

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz.
La flor piensa: «Es como una flor».

Otra ventana que nos abre Julio Cortázar

En este cuento queda en completa evidencia, que los cronopios son un atentado para todo tipo de economías, sean de libre mercado, globalizadoras u otras. Este cuento se llama Comercio.
Los famas habían puesto una fábrica de mangueras, y emplearon a numerosos cronopios para el enrollado y depósito. Apenas los cronopios estuvieron en el lugar del hecho, una grandísima alegría. Había mangueras verdes, rojas, azules, amarillas y violetas. Eran transparentes y al ensayarlas se veía correr el agua con todas sus burbujas y a veces un sorprendido insecto. Los cronopios empezaron a lanzar grandes gritos, y querían bailar tregua y bailar catala en vez de trabajar. Los famas se enfurecieron y aplicaron en seguida los artículos 21, 22 y 23 del reglamento interno. A fin de evitar la repetición de tales hechos.
Como los famas son muy descuidados, los cronopios esperaron circunstancias favorables y cargaron muchísimas mangueras en un camión. Cuando encontraban una niña, cortaban un pedazo de manguera azul y se la obsequiaban para que pudiese saltar a la manguera. Así en todas las esquinas se vieron nacer bellísimas burbujas azules transparentes, con una niña adentro que parecía una ardilla en su jaula. Los padres de la niña aspiraban a quitarle la manguera para regar el jardín, pero se supo que los astutos cronopios las habían pinchado de modo que el agua se hacía pedazos en ellas y no servía para nada. Al final los padres se cansaban y la niña iba a la esquina y saltaba y saltaba.
Con las mangueras amarillas los cronopios adornaron diversos monumentos, y con las mangueras verdes tendieron trampas al modo africano en pleno rosedal, para ver cómo las esperanzas caían una a una. Alrededor de las esperanzas caídas los cronopios bailaban tregua y bailaban catala, y las esperanzas les reprochaban su acción diciendo así:
¡Crueles cronopios cruentos!. ¡Crueles!
Los cronopios, que no deseaban ningún mal a las esperanzas, las ayudaban a levantarse y les regalaban pedazos de manguera roja. Así las esperanzas pudieron ir a sus casas y cumplir el más intenso de sus anhelos: regar los jardines verdes con mangueras rojas.
Los famas cerraron la fábrica y dieron un banquete lleno de discursos fúnebres y camareros que servían el pescado en medio de grandes suspiros. Y no invitaron a ningún cronopio, y solamente a las esperanzas que no habían caído en las trampas del rosedal, porque las otras se habían quedado con pedazos de manguera y los famas estaban enojados con esas esperanzas.

La historia de los Cronopios


Julio Cortázar es un escritor argentino. Un creador de la palabra. No sólo las repite, sino que fue capaz de inventar nuevos términos para identificar a sus personajes. Uno de esos términos es la palabra Cronopio. La definición exacta de esa palabra es TÚ (con mayúscula), ser único, que se ve invadido por el mundo, y que él/ella, intenta darle coherencia a todas esas cosas de la vida, que nos esperan, que nos arremeten, que nos sorprenden, que nos dejan llenos de alegría o a veces nos inundan de tristezas o de miedos. Cronopio, desde una postura casi ingenua, enfrenta esto de jugar a la vida y lo hace ser querible, vulnerable, incomprensiblemente transparente y digno/a.
Por ello queremos compartir contigo el siguiente cuento que nos habla de cómo son los cronopios. También aparecen amigos/as nuestros/as, los famas y las esperanzas, pero ellos, pertenecen a otro capítulo. Te presentamos el cuento Viajes; de un nuevo amigo: Julio Cortázar.
Viajes.-
Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.
Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".
Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.
Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan.

Es hora de leer un cuento

viernes, 18 de septiembre de 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

Nudo crítico del proceso de enseñanza (contenidos difíciles de enseñar o aprender)


Indique a continuación un contenido difícil de enseñar o aprender por parte de sus estudiantes


La comprensión lectora


Justifique su selección

Tiene directa relación con todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Si no pueden comprender lo que dice un texto, va a afectar a todos los subsectores.


Luego revise los planes y programas del MINEDUC e identifique el nivel, sector, unidad y aprendizaje esperado asociado al nudo crítico antes mencionado

Nivel de enseñanza
1

Sector de aprendizaje
Lengua Castellana y Comunicación

Unidad de aprendizaje
Lectura

Aprendizaje esperado

1.- Lean comprensivamente diversos textos literarios, narrativos, líricos y dramáticos, de diferentes épocas, considerando aspectos formales y de contenido.
2.- Lean comprensivamente textos expositivos y de uso práctico, analizando y resumiendo la información leída.
3.- Apliquen estrategias para la lectura comprensiva y crítica de diversos tipos de texto, cuyo tema esté relacionado con la identidad personal.
Uno de los nudos más potentes que tiene nuestro subsector, es el de la comprensión lectora. Este es un problema País. Es una problemática transversal, que ocurre, sacude y destruye cualquier intento de decodificación de mensajes.
Se nos entrega un Programa de Estudio que está creado a base de una premisa casi utópica, y esa base es que se da por lograda la competencia de la comprensión de lectura. Tenemos que enfrentar a los estudiantes a una serie de textos que necesitan de habilidades que los lectores deben tener, desde el análisis de párrafos, identificar la idea principal y las ideas secundarias, inferir, et., por ello nuestra tarea es casi de “milagros” porque debemos separar las aguas de la desidia y las de la ignorancia, para caminar por el centro, con la mayoría de nuestros/as alumnos/as.
Los Programas no nos dan como C.M.O. cuestiones básicas como por ejemplo:
Enseñanza de la lectura
Utilización del diccionario
Haciendo un símil: no nos permiten enseñar a nadar a los estudiantes, sino que ellos/as deben de inmediato tirarse a la piscina y nadar 100 metros. Las consecuencias de este ejercicio se pueden inferir fácilmente, sin mayor desgaste de células grises, especialmente si se tuvo la oportunidad de ver la película El Titanic (versión nueva o clásica, para los efectos el resultado es el mismo)
Entonces nos asalta la pregunta ¿ser o no ser? ¿Debo enseñar a leer a mis estudiantes? ¿Puedo transgredir el Programa de Estudio?
En medio de esas divagaciones, aparece un nuevo nudo: la escritura. El Programa de estudio no trae dentro de sus C.M.O. enseñar a escribir, menos aún reglas ortográficas. Eso se da por logrado. Pero la vida es más porfiada que el Programa y nos entrega un alto porcentaje de estudiantes que no saben escribir, que no saben redactar una idea, que no saben qué es coherencia, ni cohesión. Entonces al borde de la angustia nos remece nuevamente ¿ser o no ser? ¿Debo enseñar a escribir a mis alumnos/as? ¿Puedo faltarle el respeto al Programa?
Y casi al terminar el día, nos acorrala otro nudo: la palabra hablada. Saber hablar, saber expresarse con coherencia, saber escuchar, saber exponer, saber respetar las ideas. Y ahí, justo en ese instante nos ponemos a escribir esta página, para lanzarla al océano de palabras del mare nostrum Blog, quizás con la esperanza de que alguien, a la otra orilla, lo encuentre y logre leerlo, sin comprender nada, y que escriba al reverso: Sí, a veces. Lance su mensaje de vuelta y en la noche hable con sus amigos sobre una cuestión que encontró a la orilla de la playa que era como el aviso de una nueva chopería.
¿Cómo atacamos el problema? Fácil, a través de la enseñanza básica del saber leer comprensivamente, saber escribir coherentemente y aprender a hablar y a escuchar. Esto es válido para el Primer y el Segundo Ciclo.
Pedimos, sí, reservas sobre esta información, porque no se debe hacer.

Atentamente
Los naúfragos

sábado, 5 de septiembre de 2009

Primera clase


Hoy, en este siglo XXI no es fácil ser profesor. Se ingresa a una Universidad, con diferentes motivaciones, a algunos les gusta la literatura, a otros el estudio del lenguaje y a los más la aventura. Esa sana aventura de ir conociendo, de ir descubriendo, de ir leyendo, de ir despachando trabajos, papers, y lecturas, muchas lecturas. Se llega al final de una carrera y se inicia esa larga travesía a través del desierto, tratando de compartir con tus estudiantes esa chispa que encienda la fogata de luz y de calor que se llama Subsector de Lengua Castellana y Comunicación. Los estudiantes primero te estudian a ti, los más para saber cómo obtener una buena calificación con el mínimo de esfuerzo, y los menos quieren conocer, aprehender, construir, estudiar y aprovechar sus conocimientos como una plataforma más en su proyecto de vida.

La sociedad, aporreada por los Medios de Comunicación Masiva, sospechan de los educadores, piensan que no trabajan lo suficiente y se inicia una afiebrada tarea de adicionarle a la educación formal obligaciones propias de otros estamentos, y sin saber cómo de pronto, ese docente tiene que comenzar a hacerse responsable de la educación sexual, de la educación en el consumo, la educación en drogas, alcoholismo, paternidad o maternidad responsable, y otras que de sólo enumerarlas, no alcanzarían a llenar este bloque.

Y a pesar de todo y de todos, aún, con cierta porfía, hay muchos maestros y maestras al interior de las escuelas y Liceos Municipales del País. Todos ellos tratando de hacer más dulce esta Patria. Patria que nos acoge y a veces nos relega.

En medio de este recorrido llegamos un día sábado, lleno de lluvia por todas sus partes, a seguir un curso de perfeccionamiento. Queremos llegar a la otra orilla, con mucho esfuerzo, como siempre, como ahora, como cuando iniciamos esta travesía de querer ser profesores. Ojalá podamos, hacia allá vamos.
Maritza Marco María