Nuestras expectativas respecto de nuestros estudiantes son más altas, incluso, de las que ellos y ellas tienen respecto de sí mismos. Nuestra lucha es contra molinos de viento. Todos nos señalan: ¡son sólo molinos de viento! pero hasta el cansancio les gritamos desde la otra orilla que: ¡No, ellos son gigantes! Son enormes, pero vienen en un frasco pequeño, deprimido. Hay que sacar esa tapa que impide que emerja esa persona con futuro en su mirada. Una persona que crea en sí misma, y que desde esa plataforma, sea capaz de iniciar la construcción de su presente, acompañado/a por su maestro/a. Somos responsables de enseñarles a volar, no de dirigirles el vuelo. Nuestros estudiantes tienen alas propias, nosotros sólo sueños.
Tomando como base la lectura de Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, hemos creado un power point donde quede plasmado el nudo a resolver y cómo podemos deshacer esa complicación.
Estas son nuestras expectativas, respecto de nuestro quehacer profesional y de nuestros estudiantes:
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